jueves, 13 de agosto de 2009

EL SINSENTIDO PLANO


El tema del sentido de la vida y de la muerte traspasa toda la historia de la filosofía, la religión, el arte,... Es, pues, más que claro que nos influye notablemente, y es muy complicado resumirlo en una reflexión de dos páginas. Cómo afrontarlo sin perderse en la mar de los argumentos e ideas? Si no queremos ahogarnos ahí, tenemos que centrarnos en algún dato concreto. En un artículo de MaIsabel Rodríguez podemos leer información resumida del libro Psicoterapia Existencial de I.D.Yalom:

Yalom (11) encontró que el 30% de los pacientes que le hicieron una demanda de psicoterapia en el hospital de día psiquiátrico, presentaban problemas graves que tenían que ver con dificultades para hallar significado a sus vidas. Este autor lo atribuye a que hay menos fuentes de significado que antiguamente (que por ejemplo venía dadas por las fuentes de significados cósmicos que son la religión y la cultura), hay una separación de la naturaleza y de la cadena elemental de la vida y, además el hombre moderno tiene tiempo de plantarse preguntas turbadoras; el tiempo libre resultaría problemático porque nos impondría libertad y el trabajo ya no suministraría significados.

(MaIsabel Rodríguez en: http://www.maribelium.com/art.sentido.htm)

¿Realmente es en la explicación del aumento de las personas con angustia por problemas existenciales tan fundamental la pérdida de los significados antiguos y el aumento del tiempo libre? Es la cuestión que me gustaría ampliar en la siguiente reflexión.

A la opinión de I.D.Yalom podemos añadir otro aspecto de nuestra sociedad que nació juntamente con el sistema consumista. Un buen ejemplo lo podemos encontrar en los programas de televisión. Hoy en día la televisión ya no es „una cajita mágica“, sino una pantalla plana que refleja así muy bien la visión del mundo que nos transmite. La inmediatez y el aspecto plano de las informaciones que nos llegan a través de ella son imagen de la misma concepción de la vida de hoy. ¿Cómo entrar en este mundo de dos dimensiones, que con trucos técnicos intenta ser de tres, algo que tiene más de estas tres dimensiones? ¿No es acaso la misma simplificación de la explicación del mundo tal como tuvieron en su época criticadas religiones? A I.D.Yalom no le satisface la idea de que la religión sea una fuente del sentido de la vida, dice en más de uno de sus libros que la fe es un modo de huir de la vida aquí y ahora. Tiene razón, en cierto modo, si comprendemos la religión en tan solo dos dimensiones (pregunta-respuesta). Así que tenemos por un lado la religión y por otro la forma de vida de hoy, que nos ofrece un método moderno: cómo someterse a la no reflexión“ plana. La cuestión del sentido de la vida no es, pues, algo problemático solo en nuestra época, sino que lo ha sido siempre para todos los que hayan querido salir de esta caverna de sombras de Platón y ver el mundo en su esencia. Según Platón hay pocos que se atreven a salir y superar el primer impacto de luz que al principio ciega. La mayoría de la gente prefiere quedarse sentada y entretenida con el juego de las sombras. No se paran a pensar en algo más y no se les ocurre que pudieran responer a ninguna pregunta esencial. Sin embargo, sí se encuentra un elevado número de personas que se levantan, como vemos en el estudio de I.D.Yalom, y que tienen que visitar un terapeuta porque se quedan profundamente perturbados por las preguntas que sobrepasan su razonamiento aprendido. Es a ellos a los que les espera el escalofriante camino a través de la caverna, que es una imágen preciosa de Platón del espacio frío y vacío. El autor ya no trata sobre este lugar y centra su mente directamente en el mundo de las ideas, pero la verdad es que el miedo del vacío puede crear un gran sufrimiento. El que alguna vez haya probado a dar un paso hacia “ningún lugar“ sabe que es algo que muchas veces sobrepasa las fuerzas humanas. Y aquí está de nuevo el mundo que se aprovecha de la situación y nos ofrece miles de huídas entreteniéndonos con el cumplimiento de los sueños a corto plazo hasta el final de nuestras vidas. Allí nos paramos y nos quedamos con la impresión que expresa muy bien Schopenhauer:

"Cuando, al final de la vida, la mayoría de los hombres miren hacia atrás, descubrirán que han vivido ad ínterim. Se sorprenderán al ver que aquello que han dejado escurrirse sin apreciar ni disfrutar lo que fue precisamente su vida. Y así un hombre, embaucado por la esperanza, bailando se deja abrazar por la muerte".

En la Biblia podemos encontrar otro texto muy interesante que según mi opinión ilumina la misma cuestión aunque pueda parecer extraño a primera vista.

“A la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el mar.
Los discípulos, al verlo caminar sobre el mar, se asustaron. "Es un fantasma", dijeron, y llenos de temor se pusieron a gritar.
Pero Jesús les dijo: "Tranquilícense, soy yo; no teman".
Entonces Pedro le respondió: "Señor, si eres tú, mándame ir a tu encuentro sobre el agua". "Ven", le dijo Jesús. Y Pedro, bajando de la barca, comenzó a caminar sobre el agua en dirección a él. Pero, al ver la violencia del viento, tuvo miedo, y como empezaba a hundirse, gritó: "Señor, sálvame".
En seguida, Jesús le tendió la mano y lo sostuvo, mientras le decía: "Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?".
En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó.”
/Mt 14, 25-32/

Desde el punto de vista de la filosofía cristiana podemos ver a Cristo como un posible sentido de vida. Si no rechazamos este texto con el prejuicio de que se trata de un pasaje religioso, nos puede servir de un buen ejemplo para nuestra reflexión. Aquí también podemos ver el miedo inicial para salir hacia un terreno desconocido, igual que hemos comentado en la Caverna. Para Pedro fue una decepción muy grande que no llegara hasta el final y ahí es donde llegamos al mismo punto que en el texto de Schopenhauer. ¿Qué es lo que une ambos textos? Nos muestran la esencia del pleno sentido de la vida, que sobrepasa la visión tridimensional de Platón porque es capaz de captar la vida como un camino. Si tuvieramos que medir la fe de Pedro, ¿sería posible hacerlo en la base del número de los pasos que ha dado? o si hubiera más de uno que saliera del barco, ¿significaría que el que llegara más adelante o se quedara más atrás se hubiera acercado más o menos a Cristo – sentido de la vida? Sea como sea, el hecho de haberse hundido, hubiera sido el mismo y en este caso la historia termina bien porque Cristo le da la mano a Pedro y le saca del agua, pero según Schopenhauer se huieran ahogado, hubieran llegado ”bailando a dejarse abrazar por la muerte”. En la mirada atrás hubieran podido ver y comprender que el camino en sí y no su fin es la Vida en su sentido pleno. Ver en dos dimensiones significa ver solo el principio y el fin, una línea recta sin interrupción, es la pregunta-respuesta,... La visión tridimensional fija su mirada en algo más allá fuera de nosotros mismos. Romper con esta manera de ver significa comprender la eternidad en el presente, la infinitud en los detalles cotidianos, significa salir del razonamiento categorizado y limitado por nuestra mente. No es difícil aceptar que el palo dentro del agua no se rompe, que es solo un engaño óptico, todos sabemos que nuestra vista es limitada. ¿Porqué, pues, ponemos tanto peso en nuestra mente que es también limitada y no somos capaces de “creer“ en que el sentido de la vida sobrepasa nuestra comprensión del tiempo y espacio?

Al princpio hemos comentado que muchos han tratado de una forma u otra el tema del sentido de la vida. Así mismo hemos dicho que para muchos es la razón por la que surgieron las religiones que traen respuesta simples. En toda esta reflexión intento demostrar que los conflictos en esta cuestión no los trae la riqueza de las religiones, culturas, filosofías, etc. sino la visión plana de los que los quieran tomar y vivir así. No se trata, pues, solo de un fenómeno actual causado por la pérdida de los significados antiguos, sino fruto de una educación sistemática en la visión de tan solo dos dimensiones que nos está siendo impuesta por todos lados.

Al final abriría otra pregunta que ya no podrá ser respondida en esta reflexión. ¿De dónde sale esta simplificación y tendencia a la comodidad? ¿Porqué por un lado gana y por el otro nos lleva a la vivencia del vacío y de la pérdida del sentido de la vida? Parece que recuerda mucho el cuadro de Dorian Gray, en el que nosotros somos el cuadro y “ese alguien“ (la sociedad, el sistema político, la era,...) sigue siendo bello y atractivo.


3 comentarios:

  1. Denso y hondo, pero con claridad meridiana. Para leer y releer, o sea, útil. Gracias Tereza por publicarlo.

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  2. Hola Tereza:

    Rescato tu afirmación;..."comprender la eternidad en el presente, la infinitud en los detalles cotidianos...salir del razonamiento categorizado y limitado por nuestra mente"...pienso que esa es la punta del ovillo tanto en el sentido de la vida como en el conocimiento de uno mismo.

    Un gusto haber llegado hasta tu blog.

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  3. hola Delia, gracias por tu comentario. Lo tengo muy abandonado :-( así que no me he dado cuenta hasta hoy de tu comentario. Me alegro de que te haya gustado la reflexión. Fue un trabajo que hice para un estudiante para sacarse la asignatura de filosofía :-) Nos vemos, besos

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